Los bolcheviques, una vez tomado el poder en octubre de 1917, fueron concientes de la necesidad de resistir a los ataques del feudalimo empotrado en Rusia y hacerle frente al capitalismo imperialista europeo e internacional. La confianza estaba en el pueblo ruso y en el apoyo de la Alemania obrera. Decía Lenin: "No ha sido nuestra voluntad, sino las circunstancias históricas, la herencia del régimen zarista y la debilidad de la burguesía rusa las causas de que nuestro destacamento se haya anticipado a los otros destacamentos del proletariado internacional: no lo hemos querido, han sido las circunstancias las que lo han impuesto. Pero debemos permanecer en nuestro puesto hasta que acuda nuestro aliado el proletariado internacional". Para el efecto los bolcheviques consideraban de que debían progresguir e intensificar la actividad de las masas una vez tomado el poder. Expresaba entonces: "Recordad, que en la actualidad, sois vosotros mismos los que dirigís el Estado: nadie os ayudará si no permaneceréis unidos, haciéndoos cargo de todos los asuntos del Estado".